lunes, 19 de febrero de 2007


Pasaba una niña por un paraje verde y frondoso en medio de la noche, era una noche clara, la luna iluminaba el camino de ella en medio de la penumbra, formando sombras y formas por medio del reflejo de los árboles que se proyectaban en el sendero a seguir de la niña. Un temor apareció en su corazón, y se preguntaba porque la luna siendo tan hermosa e iluminada le impedía seguir su camino en medio de la noche. La luz enceguecía el corazón de la niña, producía imágenes y sentimiento que ella nunca había sentido y visto en su interior, la angustiaban y la hacían sentirse insegura y desconfiada por cada paso que daba, hasta que en un momento se detuvo y no pudo seguir su camino. La luz de la Luna la había hecho perder el rumbo, temía a toda cosa que se moviera a su alrededor, confundía las cosas con experiencia

atemorizantes ya vividas anteriormente y sólo el miedo la inundaba en ese momento. La Luna, sólo observaba, blanca y resplandeciente sabía lo que le estaba provocando a la niña, pero era consciente de que no todo era malo...desde la altura habló a la pequeña y le dijo que confiara en su corazón, porque ella sólo daba la luz a los caminante de la noche, ya que sólo ellos tomaban los caminos erróneos de la vida por una ilusión que desaparecerá en una abrir y cerrar de ojos. Quién se deja llevar por su corazón sabe que llegará sano y salvo a su destino, pero a medida que se va avanzando debemos ir venciendo nuestros temores, ya que sólo así lograrán escoger el sendero correcto a seguir, iluminado por su blanca y brillante luz. La niña cerró los ojos, respiró profundamente y empezó a caminar. Sus ojos ya no visualizaban las siluetas atemorizantes antes vistas por ella, se habían cegado completamente ya que los únicos ojos que guiaban los pasos de la pequeña, eran los de su corazón...Las estrellas en el cielo murmuraban y reían entre ellas. Vieron caminar a la pequeña, se tomaron de las manos y bajaron desde el cielo hacia donde ella estaba. No podían dejarla sola, aquel acto de valentía no podía ser ignorado por ellas, la Luna había ayudado a dar los primeros pasos de la niña, y creyeron entonces que era su turno de ayudar a la pequeña. se tomaron de las manos y juntas foramaron un aro alrededor de la pequeña guiándola y protegiéndola de cualquier peligro que apareciera en su camino.
En eso, la pequeña sintió la necesidad de abrir los ojos y de detener su paso. Estaba frente a su casa. El viento corría y le hacía cosquillas, la Luna ya no estaba y las estrellas se desvanecían en el horizonte y ella se miró en el reflejo del río que cantaba suavemente. Ya no era la misma, su piel estaba desgastada, sus ojos habían perdido el brillo de la juventud y sólo ahí se dió cuenta de lo hermosa que su vida había sido...

lunes, 4 de diciembre de 2006

...vuelve a llover...


Como sentir mis pasos en posas de agua, que van guiando mi largo recorrer,

se sienten frías y punzantes junto con la oleada de la brisa matinal, que toca mi cara

y me hace ver lo duro que es esta época.

Un viento fresco hace que mi pecho se infle y vibre de emoción, ya que muchos recuerdos vienen a mí con cada nube gris que se posa en ese cielo infinito. Sin misericordia, el agua vuelve a caer sobre mí, cada gota es una nota musical que vibra en mis oídos, y que refleja la vida que vuelve a nacer...es el acto de pureza más hermoso de la naturaleza y ella ha tenido la delicadeza de posarse en mí...

Cae y cae, cada véz con mayor intensidad... delicadamente, moja mi atuendo y penetra en el, siento el frío que me estremece...su actuar logra que me desligue de cosas importantes...me estoy limpiando...Dios me ha escuchado...

"me ahogo"...auxilio..siento que soy tan pequeña en su grandioso actuar...arrasa conmigo como cual hoja seca recuerdo de otoño ha sido arrancada del árbol ya desnudo y frío, pero siempre vivo en su interior...me voy junto con ella...no me puedo negar ante sus encantos...su lecho pequeño y frío me hace sentir desligada del mundo real...viajo en cada gota que cae de su desmembrado cuerpo...indicandome que todo tiene un fin, y que siempre volverá a aparecer...sigue y sigue cayendo...se agota y ya solo queda la estela de lo que fue en su momento de gloria...una llovizna ténue y delicada, pronto va a acabar la purificacion total de mi mundo

y la claridad en mi mente aparece...la lluvia a dejado sus secuelas...no me permite mirar atrás porque nada a quedado...no hay nada que mirar...

Empieza a despejarse y ella se rinde ante la hermosura de la noche...un mar de estrellas es ahora mi manto, me acogen y me hacen reflexionar acerca de lo hermoso que hay luego de una tormenta, que solo esta es el baño de nuestro corazones y no el fin de una vida.....

...Mientras camino...


Recorro caminos por lo cuales ya he pasado antes, sé donde me llevan y también sé como van a terminar, lo más extraño y encantador, es que cada vez que paso por cada uno de estos tengo una nueva conversación conmigo misma y esto hace el recorrido más ameno o más doloroso. Pensamientos y conclusiones que vienen y van hacen cuestionarme el propósito y fin de las cosas que hago...valen la pena? es lo que quiero?...y así sucesivamente...Llevo mucho tiempo en a incertidumbre de mi yo interior, pero se con certeza que ocurrirá a mi alrededor.

Sigo caminando, metro los leones, un círculo de tarotistas están alrededor del tragaluz del metro, esperan pacientes a que alguna persona como yo caiga frente a ellos, una persona que este llena de dudas, que no sepa que hacer, un ser humano común y corriente. Su causa es noble "ayudar a los demás", la de otros es distinta "sobrevivir el día a día". Cerca de ellos hay una anciana, agobiada por lo años y la soledad, está sentada sola, a pleno sol, y me da la sensación que su cuerpo no da más, se ladea y se apoya sobre uno de los barandales del tragaluz, está apunto de caer, hasta que alguien se le acerca y le da una esperanza, le compra una pequeña muñequita artesanal echa por ella misma, se le ilumina el rostro y sonríe, mira al comprador como si este fuese un misericordioso salvador, que le da la fuerza de sentarse todos los día al sol a vender sus muñecas. La observo, se ve tan feliz, y a mí sólo se me recoge el corazón de tristeza, me angustio y desaparezco de ahí, pero mi huída de nada sirve, vuelvo a sentirme mal, "me estan esperando" que pasará ahora?...que debo hacer?...ya ni siquiera sé como actuar, estoy perturbada, los latidos de mi corazón ya no son los mismos de antes, están amarrados, mi mente los controla, ya no soy libre, sólo sé que dependo de una respuesta que tardará en llegar y mientras llega, mi corazón se ahoga, llora y grita, se desespera, no sabe que hacer, es un prisionero del mundo exterior, ya no vibra como antes, se apaga lentamente y sólo tiene el recuerdo de momentos tristes, recuerda a la anciana y ni siquiera puede ver la sonrisa de esta, sólo puede ver la soledad en la cuál ella vive. "Déjame saltar", me dice y yo le contesto con un estruendoso "NO!"

No soy libre, y no sé como serlo, me falta la fuerza y el coraje, soy cobarde, no puedo tomar ninguna decisión...

Lo veo, se me oprime el pecho nuevamente, se acerca y me saluda de una manera distante, ya no lo siento como antes...me siento tan amarrada, quiero decir "te amo", pero mis cadenas internas vuelven a jalar mis palabras, ya no hay confianza...No tengo una red que me sostenga al caer en el vacío, en este momento sólo siento que caigo y presumo que el golpe será doloroso...Sólo quiero que me quiera, me repito una y otra vez...y en esta incertidumbre sólo obtengo dolor...cuanto durará la espera?...no lo sé...

Logro verlo a él en la penumbra, no es su culpa, es sólo la llama de una vela que está a punto de consumirsey que muere lentamente por la indolente brisa de un nuevo renacer, él morirá en dos días más, tendrá una nueva vida, y los días previos a este son terribles, no lo culpo....Sigo caminando, actúa de una manera normal, el nota mi actitud pero guarda silencio, sabe que no debe decir nada, sólo me observa, reímos de cosas banales, parecemos amigos, pero internamente sabemos que no lo somos...por el momento, sólo sé que camino a su lado, pero sólo como la sombra de algo hermoso que ya no existe...